Los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques

Noticias ONU Cambio Climático, 2 de octubre de 2018 – Los humedales, uno de los ecosistemas más valiosos del mundo en términos económicos, y que más contribuye a regular el clima mundial, están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.

Esta es la principal conclusión de la primera edición del Global Wetland Outlook (Perspectiva mundial sobre los humedales), de mano de la Convención de Ramsar, un tratado mundial ratificado por 170 países para proteger los humedales y promover su uso racional.

 “El informe Global Wetland Outlook es una señal de alarma que nos muestra no sólo por la elevada tasa de pérdida de los humedales del planeta, sino también por los servicios cruciales que brindan. Sin ellos, no será posible alcanzar la agenda mundial para el desarrollo sostenible”, afirma Martha Rojas Urrego, Secretaria General de la Convención de Ramsar sobre los Humedales.

Los humedales incluyen algunos de los ecosistemas con mayor densidad de CO2 de nuestro planeta, como las marismas saladas, las praderas marinas y los manglares. Las turberas, que representan sólo el 3 % de la superficie terrestre del mundo, almacenan el doble de CO2 que todos los bosques del planeta, y desempeñan un papel fundamental para lograr los compromisos mundiales para el cambio climático, el desarrollo sostenible y la biodiversidad. También contribuyen a reducir el riesgo de desastres, ya que mitigan las inundaciones y protegen las costas.

A pesar de su papel esencial en la regulación del clima mundial, los humedales siguen estando infravalorados por los responsables de políticas y de la toma de decisiones en los planes nacionales.  Entre 1970 y 2015 se perdió aproximadamente el 35 % de los humedales del mundo, y la tasa de pérdida se está acelerando anualmente desde el año 2000.

Las pérdidas han sido provocadas por megatendencias como el cambio climático, el crecimiento de la población, la urbanización, en particular de las zonas costeras y de los deltas fluviales; y los cambios en las pautas de consumo. Todo esto ha provocado cambios en el uso de la tierra, el agua y la agricultura.

Los humedales que quedan en el mundo están amenazados por el drenaje de agua, la contaminación, el uso insostenible, la aparición de especies invasoras, los flujos interrumpidos de las presas y la sedimentación procedente de la deforestación y la erosión del suelo aguas arriba.

Estos ecosistemas son fundamentales para la vida de los seres humanos y del planeta. Ya sea de forma directa o indirecta, proporcionan prácticamente toda el agua dulce que se consume en el mundo. Más de mil millones de personas dependen de ellos para su sustento. Hasta un 40 % de las especies del mundo viven y se reproducen en ellos, aunque actualmente más del 25 % de todas las plantas y animales de los humedales están en peligro de extinción.

Son una fuente vital de alimentos, materias primas, recursos genéticos para medicinas y energía hidroeléctrica, y desempeñan un papel importante en el transporte, el turismo y el bienestar cultural y espiritual de las personas.

“Poco a poco nos estamos dando cuenta del valor de los humedales. En todo el mundo, los órganos legislativos deben integrarlos en los programas políticos e invertir en su sostenibilidad. Necesitamos educar al mundo sobre la importancia crucial de este ecosistema que está desapareciendo rápidamente. Sin los humedales del mundo, todos estamos en peligro”, afirmó Rojas.

Actualmente se estima que cubren más de 12,1 millones de km2, una superficie mayor que la de Groenlandia. Entre el 13 y el 18 % de ellos (2 300 sitios) están incluidos en la Lista de Humedales de Importancia Internacional de Ramsar, y son sitios protegidos.

Pero no basta con designar nuevas áreas protegidas. El informe de GWO hace hincapié en la necesidad de elaborar planes eficaces para gestionar los humedales e integrarlos en la planificación y ejecución de los planes nacionales de desarrollo sostenible, cambio climático y otros compromisos mundiales fundamentales.

“Necesitamos tomar medidas urgentes y colectivas para invertir las tendencias de pérdida y degradación de los humedales y asegurar al mismo tiempo el futuro de los mismos y el nuestro”, concluyó Martha Rojas.

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