Taller de Humedales y Aves Acuáticas
Desde el año 2011, DUMAC inició un programa de capacitación profesional, a través del desarrollo de Talleres de Humedales y Aves Acuáticas en México. Estos talleres tienen una semana de duración, y están enfocados a dar a conocer a los participantes aspectos ecológicos de los humedales como hábitat de aves acuáticas y aspectos biológicos de las aves acuáticas, que son temas que refuerzan el conocimiento de los técnicos que están trabajando en el tema y poder así mejorar su capacidad de decisión. Todos los temas están especialmente enfocados en el papel de México como hábitat de invernación para las especies de aves acuáticas migratorias y residentes.
Los talleres son impartidos por especialistas en humedales de México e instructores de los EUA, con amplia experiencia en la conservación, administración, manejo e investigación de este recurso. Estos instructores son los responsables de capacitar a los profesionistas que son responsables del manejo de los refugios de fauna silvestre, del Servicio de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) de los Estados Unidos.
A través de estos talleres, DUMAC se asegura que los profesionales que participan en los talleres, entiendan los valores y funciones de los humedales como hábitat para las aves acuáticas, para que tengan mejores elementos técnicos y herramientas que les permita tomar mejores decisiones de manejo y conservación de este recurso.
Los talleres están dirigidos a profesionistas y técnicos de dependencias federales, estatales y municipales, organizaciones civiles y técnicos responsables de UMAS, que están directamente relacionados con la conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de este importante recurso natural que es compartido a nivel continental con los Estados Unidos y Canadá, para favorecer la formación de profesionales con un perfil altamente eficaz en los procesos de gestión ambiental y a través de esto, mejorar las capacidades profesionales de las organizaciones vinculadas con la conservación de los recursos naturales
Este esfuerzo tiene como base el Tratado de Aves Migratorias firmado desde hace 100 años, entre México y los Estados Unidos de América. Aunque México no fue un socio firmante del Tratado de 1916, hubo un reconocimiento e interés de incluir a México, dado que desde entonces se reconocía el deficiente conocimiento sobre el número y la distribución de las aves migratorias y sus hábitats al sur de la frontera con los EUA. Fue una era en la que el enfoque de los esfuerzos de conservación se centró más en las áreas de reproducción, más que en las áreas de invernación dentro del ciclo biológico anual de las aves migratorias. México se convirtió en un país firmante en 1936 y a partir de esto, aumentó el interés por el importante papel que México juega en el éxito del ciclo biológico de muchas especies de aves de América del Norte. Lamentablemente, el movimiento conservacionista de México se quedó atrás de los de Estados Unidos y Canadá. La base legal, la voluntad política, el apoyo monetario, la experiencia técnica y las oportunidades educativas se desarrollaron mucho más lentamente en México en comparación con los otros dos países, por lo que el nivel de desarrollo de la conservación fue 50 o 60 años más lento.
Después de que México firmó el Tratado, el personal de la aquella entonces Oficina del Servicio Geológico de los EUA, participó en la recopilación de información anual en México durante la temporada de no reproducción de las aves, lo que ayudó a generar diferentes trabajos y apoyos que a la postre, reconocieron a México por la condición natural que en aquel entonces prevalecía en los humedales en México, así como las abundancias y riqueza de especies, y la tendencia poblacional de las aves migratorias en nuestro país. Este esfuerzo se expandió cuando los conteos aéreos se convirtieron en una práctica común en los esfuerzos de conservación, de hecho, algunos de los primeros conteos aéreos que ocurrieron en México, brindaron la oportunidad de obtener información de áreas remotas de gran importancia como hábitat, por la abundancia de aves que albergaban. Desafortunadamente, estos conteos aéreos, llevados a cabo por la oficina de Aves Migratorias del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EUA, se descontinuaron en el año 2006 dejando un hueco muy importante en la generación de la información que dio base a la selección de áreas prioritarias en México y los datos de abundancia y riqueza de especies que sustentaban la selección de los sitios prioritarios para este grupo de aves en nuestro país, misma que ha servido para atender de una manera específica la problemática que estos sitios enfrentan para su conservación.
Desde el inicio de los conteos, los esfuerzos se centraron más en la recopilación de datos y menos en la formación de la capacidad profesional para México. Gradualmente hubo esfuerzos entre profesionales mexicanos y estadounidenses para ayudar a ampliar la experiencia técnica y producir técnicos mexicanos más capacitados profesionalmente para abordar mejor los retos de conservación. Hasta el día de hoy no existe un programa educativo integral para capacitar a una comunidad conservacionista profesional en México, por lo tanto, estos escasos esfuerzos para desarrollar la capacidad de conservación para México probablemente se describan mejor como la colaboración y facilitación entre profesionales de la conservación que trabajan sin ningún acuerdo formal o apoyo para tales esfuerzos. Varias personas clave facilitaron oportunidades que ocurrieron de manera errática. El esfuerzo actual está directamente relacionado con una era que comenzó a mediados de la década de 1980 por el personal de USFWS en Bosque del Apache. La colaboración incluyó investigación colaborativa y censo de aves acuáticas, coordinación de gestión, educación continua y facilitación de capacitación biológica avanzada. Finalmente, un clima político mejorado, un creciente interés en la conservación y una fuente de apoyo monetario llevaron a los esfuerzos de DUMAC para expandir el pensamiento conservacionista en América Central y del Sur, así como en México. Estos esfuerzos trajeron como resultado los primeros Talleres en el año 2011 en 5 regiones en las que se dividió país y a partir del 2012 los esfuerzos llevados a cabo en el estado de Chihuahua, Durango y en Nuevo México. Los talleres comenzaron después de varias discusiones sobre la necesidad de motivar mayores esfuerzos de conservación de humedales y de las aves, con un enfoque apropiado en base a las condiciones políticas, sociales y económicas de México, para poder construir una mejor capacidad profesional de una manera más efectiva y financieramente eficiente.
Nuestro objetivo principal es desarrollar esta capacidad con una base ecológica que esté vinculada a información científica verificable que incluya experiencia y conocimientos locales. La premisa principal es que las poblaciones de aves migratorias de Norteamérica dependen de los humedales y de su condición a una escala continental, donde las aves no reconocen límites políticos y todos los hábitats dentro del rango de distribución de cualquier especie, debe considerarse dentro de los esfuerzos de conservación de manera integral. En los Talleres, hacemos hincapié en la importancia de reconocer la variabilidad inherente en los sistemas naturales a pequeña y gran escala y la importancia de centrarse en las variables abióticas que impulsan la productividad del sistema en el ciclo de los humedales. Por lo tanto, nuestro énfasis en estos talleres es comprender los procesos que resultan en la finalización exitosa de los eventos del ciclo de vida que conducen a poblaciones de aves acuáticas sostenibles.
Nuestra visión es que estos talleres ayudarán a mejorar las actividades profesionales de aquellos en puestos federales, estatales y organizaciones sin fines de lucro en México a un nivel que será reconocido en todo el continente. Con toda la experiencia de los Estados Unidos en los últimos 100 años, parece razonable y de considerable responsabilidad de conservación compartir ideas, experiencia y datos para llevar nuestra comprensión continental de las poblaciones de aves migratorias y sus hábitats a un nuevo nivel para beneficio de los recursos compartidos en este continente. Sobre todo, por los convenios y tratados internacionales que comprometen a los tres países de Norteamérica, a trabajar de manera conjunta para garantizar la conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de los humedales y de las aves acuáticas migratorias y residentes que dependen de estos en un contexto de visión continental.