Humedales Prioritarios para Aves Acuáticas
Desde hace ya varias décadas, la principal fuente de información disponible para conocer la distribución de las aves acuáticas en México, lo constituyen los conteos de medio-invierno llevados a cabo por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS por sus siglas en Inglés), mismos que han sido conducidos desde los años 30´s. Estos censos representan la información más sistematizada existente en Norteamérica y particularmente en México, referente al estatus que guardan las aves acuáticas migratorias. Los datos obtenidos de estos conteos, representan prácticamente la información que no se tiene sobre ninguna otra especie de fauna silvestre, por lo cual representa la información más veraz acerca de la ubicación de las áreas con mayores concentraciones poblacionales, la composición de especies para cada una de las áreas y las tendencias de cada una de las especies en sus áreas tradicionales de distribución en nuestro país a través del tiempo.
En México, estos conteos se iniciaron llevándose a cabo anualmente desde la década de los 50´s, hasta mediados de los 80´s, pero sufrieron una modificación a partir de esta fecha de tal manera que hasta el 2006 fueron desarrollados cada 3 años para todas las rutas establecidas en las que está dividido el país y que corresponde a las zona costera del Golfo, zona costera del Pacífico (incluyendo la Península de Baja California), el Altiplano Norte y los Lagos del Centro. Adicionalmente a estos conteos tri-anuales, se suman los censos que cada año se llevan a cabo en sitios específicos en México para especies de especial interés, como es el caso del pato cabeza roja (Aythya americana) particularmente en la Laguna Madre de Tamaulipas y la Laguna Madre Texas, y Luisiana; y para la branta negra del Pacífico (Branta bernicla nigricans), llevados a cabo en la costa del Pacífico de la Península de Baja California y la costa de Sonora.
Estas especies revisten especial interés, ya que los humedales que ocupan en México a lo largo de las dos zonas costeras, son críticos para la supervivencia de población total para Norteamérica. En resumen, tres de las bahías principales de Baja California (San Quintín, Guerrero Negro/Ojo de Liebre y San Ignacio), proveen de hábitat durante el invierno para el 80% de la población en Norteamérica de la branta negra del Pacífico. De igual manera, la Laguna Madre de Tamaulipas, provee de hábitat crítico durante el invierno para el 32% de la población total de Norteamérica, del pato cabeza roja y esta área en conjunto con la Laguna Madre de Texas, proveen de hábitat de invernación para el 80% de la población total de la especie en Norteamérica.
De acuerdo al análisis de los conteos del medio invierno de las décadas de los años 60, 70 y 80’s, está estimado que México representó para la población total de aves acuáticas migratorias de Norteamérica, que incluye patos y gansos, una zona de invernación del 10.1% durante la década de los años 60’s. Para los 70’s este porcentaje se incrementó a 13.5% y no fue sino hasta la década de los años 80’s en la que se presentó la mayor abundancia de aves acuáticas migratorias en México y que fue de 17.1% de la población total de estas aves.
Si consideramos solamente a los patos, para la década de los años 60’s se registró una población promedio de 10.4% de la población total a nivel continental. Los años 70’s representó para México una población del 13.3% y durante la década de los años 80’s se contó con el 16.6% de la población total de las aves acuáticas migratorias de Norteamérica.
Particularmente las áreas de invernación en México fueron más importantes para ciertas especies de patos, mismos que al transcurrir los años, se mantuvieron o mostraron incrementos significativos en la distribución de su población en estas áreas. Esto es particularmente cierto para el pato golondrino (Anas acuta), que en la década de los años 60´s, se estimó una distribución para México del 17.2 % de la población total en Norteamérica. Esto varió para las décadas de los años 70´s y 80´s en donde su población descendió a 16.8%. Un caso más favorable para México fue el de la cerceta de alas azules (Spatula discors), que incrementó la distribución de su población en México, ya que en la década de los años 60´s registró 50.7% de su población total invernando en México, pero para la década de los años 70´s y 80´s pasó a 74% y 87 % respectivamente, mostrando una preferencia significativa por los humedales costeros del Golfo de México. El pato cucharón (Spatula clypeata), también mostró cambios significativos en estas tres décadas, pasando de 25.2% en los años 60´s, a 23.7% en los años 70´s e incrementándose significativamente durante los 80´s a 38%, de su población total en Norteamérica. Con respecto al pato calvo (Anas americana), de 7% de su población distribuida en México, pasó a 19.4% en los años 70´s y a 23% en la década de los años 80´s. Otro caso es la cerceta de alas verdes (Anas crecca), que pasó de 15.7% en las décadas de los años 60´s y 70´s, a 20.8% en los años 80´s.
Con respecto a la distribución de las poblaciones de gansos en México, la distribución de estas especies ha sido más moderada con respecto a la de los patos. De esta manera podemos encontrar que para la década de los años 60’s, se registró solamente un 5.1% de la población total de estos individuos en Norteamérica, invernando en nuestro país. Para los años 70’s no se tuvo mayor cambio, ya que prevaleció un 5.1%, y durante la década de los 80’s se registró un 5.7%, de los datos registrados en los conteos de medio invierno. Es importante señalar, que esta estimación no considera a las brantas negras del Pacífico, las cuales se distribuyen particularmente en la zona costera de Baja California, Baja California Sur y Sonora.
Recientemente, en el Norte de México, en los estados de Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, se llevaron a cabo censos terrestres del ganso de frente blanca (Anser albifrons), en donde se reportaron un total de 200,000 individuos en áreas en donde solamente se estimaba que existían de 20 a 30,000 (Nieman, et al, 1999). Del total de la población registrada, el 90% de las observaciones se hicieron en el estado de Tamaulipas, 9.4% en los estados de las tierras altas (Chihuahua y Zacatecas), y el resto en los demás estados que fueron considerados en este estudio.
Si tomamos en cuenta estos resultados, estaríamos considerando que el noreste de México provee de hábitat para la invernación del 20% de la población de gansos de frente blanca que son parte de la población del continente medio.
Por otro lado, durante la temporada cinegética 1989/1990, adicionalmente a la estimación del aprovechamiento de las aves acuáticas migratorias en el estado de Sinaloa, se llevaron a cabo censos aéreos de las aves acuáticas distribuidas a lo largo de la zona costera del estado. En total 5 censos aéreos fueron realizados, mismos que correspondieron a las siguientes fechas: 8/11/1989; 25/11/1989; 14/12/1989; 9/01/1990 y 22/02/1990 (Carrera y Kramer, 1990). El mayor número de aves acuáticas migratorias estimadas, fue hecho durante el mes de enero, en donde un total de 1´222,982 patos y el menor registro ocurrió para el 8 de Noviembre en donde se estimaron 410,699 individuos (Carrera y Kramer, 1990). Esta información es relevante, sobre todo cuando la comparamos con los resultados de los censos hechos en ese mismo año, por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS por sus siglas en inglés), en donde para todas las áreas consideradas bajo muestreo en el estado, solamente registraron durante el mes de Enero, fecha en que el censo fue hecho, un total de 522,380 aves en 1988 y 989,970 aves para 1991.
Estos resultados confirman que existe una subestimación de la población real de aves acuáticas migratorias que se distribuyen en nuestro país. La falta de tiempo suficiente durante estos censos, la posible incidencia de mal tiempo durante estos conteos, así como la no consideración de otras áreas que son susceptibles de albergar números importantes de aves acuáticas, son algunas de las causas que hacen que los registros que se tengan de México con respecto a la población de aves acuáticas migratorias, sean menores a los que se han obtenido en otros estudios específicos, como se demuestra en los resultados anteriores. Además de esto, la aplicación incompleta del método usado por el USFWS para estimar la población de aves acuáticas en los Estados Unidos (método aire-tierra), hace también que los resultados de las estimaciones de aves acuáticas en México estén subestimando tanto la abundancia como la riqueza de especies distribuidas en el país. Es importante mejorar estos conteos de medio-invierno para que de esta manera, podamos tener una mejor idea de la población de patos y gansos que se distribuye en nuestro país y a partir de esto, poder establecer las medidas administrativas para garantizar una tasa de aprovechamiento real, que sea acorde a la población que se distribuye en nuestro país, además de facilitar la priorización de las principales áreas de distribución a través de lo cual, se puedan establecer las iniciativas que apoyen a la conservación y manejo de este grupo de aves y su hábitat a largo plazo.
Determinación de los Humedales Prioritarios para Aves Acuáticas en México
Durante el análisis de los datos históricos en el que se consideró la distribución, abundancia, composición de especies y tendencias poblacionales se determinó que el 80% de las aves acuáticas migratorias que invernan en México utilizan 28 humedales; los cuales fueron denominados humedales prioritarios para la conservación de aves acuáticas migratorias (DUMAC, 2010). Sin embargo, después de 12 años de haber interrumpido la generación de información a nivel nacional sobre las poblaciones de aves acuáticas en México, es a partir del año 2017 que bajo una iniciativa de DUMAC y en coordinación con instituciones académicas, organizaciones de la sociedad civil e instituciones gubernamentales, se puso en marcha el Programa de Monitoreo de Aves Acuáticas Migratorias en México, a través del cual se ha estado replicando las rutas que seguían los conteos efectuados por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, para generar la información básica que apoye la determinación de las áreas de distribución, riqueza de especies en cada una de estas áreas y la tendencia poblacional en nuestro país, como una necesidad de información que permitirá apoyar medidas administrativas y de manejo en beneficio del recurso.
A partir del análisis de los datos históricos del USFWS complementados con los conteos realizados durante el programa de monitoreo del año 2018, 2019 y 2020 se reiteró la importancia de 28 humedales que sistemáticamente a través del tiempo, se han mantenido como las áreas de mayor concentración de aves acuáticas, tomando en cuenta los criterios de concentración, composición de especies y la tendencias poblacionales de las aves acuáticas a lo largo de los años. Pero dado que en esta ocasión se tomaron en cuenta otras áreas que anteriormente no se habían considerado en las rutas de monitoreo, se identificaron 3 humedales más a la lista de los humedales prioritarios para la conservación de las aves acuáticas en México, dada la abundancia y riqueza de aves acuáticas que se registraron en cada una de estas. Estos 3 nuevos sitios son: la Laguna Santa Ana en Zacatecas; el Canal del Infiernillo en Sonora y los humedales de Pénjamo en Guanajuato. De estos nuevos 31 humedales prioritarios, 6 se encuentran en la región del Golfo de México, 15 en la región Pacífico Norte, 6 en el Altiplano Norte y 4 en el Altiplano Central.
Cabe resaltar que en esta nueva lista de nuevos sitios prioritarios, se concentrada entre el 80 y 89% de las aves acuáticas migratorias que invernan en México, siendo Laguna Madre – Delta del Río Bravo – Laguna Morales en Tamaulipas, Bahía Pabellones en Sinaloa, Bahía Topolobampo en Sinaloa, Lagunas de Tabasco, Lago de Cuitzeo en Michoacán y Marismas Nacionales en Nayarit los humedales que albergan más del 40% de las aves acuáticas invernantes en México. Los humedales prioritarios al interior del continente albergan hasta el 30% de las aves acuáticas migratorias; sin embargo, la mayoría de estos humedales son estacionales o intermitentes y dependen de las lluvias para brindar la extensión y la calidad de hábitat que se necesita para ser utilizados por las aves, como es el caso de los humedales Laguna Babícora, Complejo Laguna Mexicanos – Lagunas de Cusihuiriachi en Chihuahua, Complejo Lagunas de Durango y Ciénegas de Málaga en Durango, Laguna Santa Ana en Zacatecas, Laguna de Sayula en Jalisco, Humedales de Los Altos de Jalisco y Humedales de Pénjamo en Guanajuato.