Iniciativa para la Conservación, Manejo y Restauración de Humedales en la Costa del Pacífico Norte
La costa del Pacífico Norte que incluye a los humedales que se distribuyen en los estados de Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur, contiene algunos de los humedales costeros más importantes para las aves acuáticas migratorias y residentes en México. Estos humedales costeros, albergan al 38% de la población promedio que se distribuye en México, según los datos obtenidos de los conteos de medio invierno, llevados a cabo por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS por sus siglas en inglés). La mayoría de estos humedales son lagunas costeras con manglares, vegetación emergente y pastos acuáticos, localizados a lo largo de la línea de la costa y que están conectados con vasos reguladores para la irrigación de la zona agrícola más importante de México, que proporcionan una fuente importante de diferentes tipos de humedales para satisfacer las necesidades de las aves acuáticas migratorias durante la época de invierno.
Estos humedales costeros y su vida silvestre, están actualmente amenazados por la agricultura intensiva, la contaminación y el desarrollo de la industria del camarón a lo largo de los 2,124 km de zona litoral que existe en los tres estados. Sonora abarca 1,200 km con 66,000 ha de humedales; Sinaloa 656 km con 453,200 ha de humedales, y; Nayarit tiene más de 268 km donde Marismas Nacionales abarcan 200,000 ha. Estos humedales se encuentran adyacentes a una extensión de 1,2 millones de hectáreas de agricultura de riego en el estado de Sinaloa (incluidos los valles agrícolas Los Mochis, Guasave, Guamúchil y Culiacán) y aproximadamente 456,000 ha en el estado de Sonora (incluidos los valles de Yaqui y Mayo). Estas tierras altas se convirtieron en agricultura intensiva durante los últimos 30 a 40 años. Como resultado, se han producido cambios importantes en los humedales de la costa oeste, ya que se han vuelto menos salinos, más densamente cubiertos por tulares y sometidos a descargas de pesticidas y fertilizantes producto del riego y el lavado de las tierras agrícolas
Por su parte, la península de Baja California tiene 50-250 km de ancho y 1,500 km de largo. La mayoría del hábitat para las aves acuáticas consiste en bahías y estuarios a lo largo de la costa del Pacífico (Kramer y Migoya, 1989). Cuatro bahías, San Quintín, Scammon ‘s, San Ignacio y Magdalena, constituyen las principales áreas de distribución para el 85% de la población norteamericana de la branta negra del Pacífico. Estas bahías son hipersalinas, intermareales, poco profundas y están dominadas por 58,875 ha de camas de pastos acuáticos (Carrera y de la Fuente, en prensa). Manglares rojos, blancos y negros están presentes en 34,601 ha de las bahías.
En 1998, se distribuyeron 164,848 aves acuáticas a lo largo de la Península de Baja California, de las cuales 108,018 eran branta negra del Pacífico y 56,830 patos. Más del 80% de la población en Norteamérica de la branta negra del Pacífico pasa el invierno en la costa del Pacífico de México y la mayoría de esta población, utiliza la costa Oeste de Baja California en tres áreas; Lagunas de San Quintín, Scammon y San Ignacio. El resto de la población se encuentra dispersa a lo largo de la costa Oeste de la parte continental de México, en los estados de Sonora y Sinaloa, desde el Canal Infiernillo hasta la Bahía de Santa María al Norte. Según los conteos de medio invierno del USFWS, el uso de la costa Oeste de México aumentó significativamente de 84% de la población total de América del Norte en la década de 1960, a 92.3% en la década de 1970 y 93% durante la década de 1980, distribuidos principalmente en estas tres bahías principales de los estados de Baja California Norte y Sur.
Los humedales costeros son ambientes complejos y dinámicos en donde se desarrollan los bosques de manglar. Estos bosques de manglar son uno de los ecosistemas más productivos y biodiversos en el planeta y a los que se les ha denominado los riñones de los humedales, pero desafortunadamente este ecosistema único, está entre los bosques más amenazados.
Esta iniciativa busca fortalecer las alianzas con las dependencias de los gobiernos municipales, estatales y federales, y con las organizaciones de la sociedad civil que tengan como interés, la conservación de los ecosistemas de humedales en la región, para favorecer proyectos conjuntos que apoyen la restauración, manejo y conservación de humedales en la región. De la misma manera generar líneas de investigación que permitan generar la información básica necesaria que apoye los procesos de conservación de estos ecosistemas. Un componente importante para esta iniciativa, es el de establecer un programa de involucramiento y concientización pública al respecto de temas de conservación, buscando el cambio de actitudes de las personas, al respecto del medio ambiente y buscar su apoyo y participación en la generación de una mejor conciencia ecológica que permita una mayor participación de la sociedad en la conservación de recursos naturales.